Míriam Díaz-Aroca: “Es motivador que exista el Instituto para la Excelencia Profesional”
El pasado 15 de junio una veintena de empresas y profesionales que han destacado por su apuesta por la excelencia recibieron en Madrid la codiciada Estrella de oro del Instituto para la Excelencia Profesional. Una de ellas fue Míriam Díaz Aroca, polifacética, comprometida, generosa y muy agradecida con la vida, con quien hemos compartido unas palabras.
En la última ceremonia del Instituto recibiste la Estrella de Oro a la Excelencia Profesional por tu trayectoria, ¿qué significa para ti?, ¿cómo te sentiste?
A mí me sorprendió el premio y me hizo muchísima ilusión y además es que coincido con una cosa que para mí es una de mis máximas, mi motor de vida: la excelencia. Yo persigo ser excelente en todo, ya no sólo en lo que haces sino también en lo que piensas, sientes y dices. Así que con este reconocimiento coincidieron las dos cosas que son muy importantes en mi vida, como ser una persona excelente y encima recibir un premio a la excelencia, se juntaron muchas alegrías.
¿Qué te parece la iniciativa del Instituto de premiar la labor de quienes tanto hacen por el país desde sus pequeñas y medianas empresas?
Aplaudo con pasión la iniciativa porque es verdad que generalmente este tipo de galardones y reconocimientos se entregan a las grandes marcas, a las grandes empresas y no hay que perder de vista el gran esfuerzo que hacen las pymes, por eso me parece maravilloso y de una generosidad infinita el darles ese reconocimiento, aunque sean en una categoría menor, pero nunca menos importantes, de verdad. Me emociona mucho que haya personas que decidan hacer iniciativas de este tipo porque creo que son necesarias y dignas de aplauso. Es motivador e inspirador que existan estos premios.
¿Entonces has dicho que buscas la excelencia en tu vida personal?
No, yo directamente me quiero convertir en excelencia (risas). No, en serio, yo trabajo para ser excelente, es mi filosofía de vida. La excelencia no hay que buscarla, hay que convertirse en excelencia y ser un referente de excelencia en toda tu vida, es decir, a nivel familiar, para tus hijos, para tus amigos…, porque la excelencia no es una forma de trabajo sino una forma de vida.
¿Crees que en España se persigue y valora la excelencia?
Sí, lo que pasa que muchas veces se piensa que solamente se valora cuando salimos en la tele y eso no es así. Creo que sí que se tiene en cuenta muchísimo y que hay una excelencia silenciosa, una excelencia anónima y gracias a ella el planeta sigue en pie. Porque existe esa excelencia que no se premia, que no recibe medallas, pero que da todo, gente que trabaja y ayuda al otro, esa es la excelencia verdadera y por eso digo que gracias a esa gente estamos aquí. Son gente que no sale en la tele, ni en los papeles y por eso parece que no existe.
Y en el caso de las empresas, ¿consideras que buscan la excelencia o prefieren cubrir el expediente y conformarse con la mediocridad para pagar sueldos bajos?
Soy muy positiva y el vaso lo veo siempre medio lleno. Estoy convencida de que no hay nadie a quien no le guste contar con trabajadores excelentes. Otra cosa son los encargados de gestionar las empresas, esos tienen otro punto de vista, pero creo firmemente que toda empresa siempre busca la excelencia.
Gran parte de tu vida has sido autónoma, ¿cómo ves la situación de los autónomos en España?, ¿cómo crees que se podría mejorar la calidad de vida de este gremio tan numeroso y necesario para la economía?
Tenemos que ser buenos estrategas y saber utilizar las herramientas con las que contamos en diferentes condiciones y circunstancias. Ser autónomo es una opción y una elección, no es una obligación. Uno asume ser autónomo con todas las consecuencias y debe adaptarse a las circunstancias, sacar lo mejor de la situación y crecer. Un autónomo debe buscar siempre el horizonte para crecer, renovarse, encajar lo mejor posible y sacar el máximo partido, creo que desde la queja no se consigue nunca nada.
Lo cierto es que ser autónomo no es siempre una opción, en ocasiones en la única salida a la que pueden aferrarse los trabajadores.
En ese caso, vamos a aprovechar nuestras cartas de la mejor manera. Es decir, vamos a ser coherentes con la opción que tenemos y a ser un ejemplo de cómo eso se puede manejar bien. De nada me vale estar criticando y echando pestes del exterior si realmente yo no hago nada para mejorarlo. Vale que las condiciones y las circunstancias no son las mejores, pero por eso no me voy a quedar parada. Hay que tener actitud, como en todo en la vida.
Desde hace dos años trabajas por España con una propuesta escénica creada y dirigida por ti sobre la violencia de género, ‘Elígete’, incluso hace un año creaste la Fundación Elígete. ¿De dónde surge el proyecto?, ¿qué es lo que te lanzó a ayudar a las mujeres maltratadas?
Fue un poco la violencia en general y el maltrato en particular. Mi vocación es ayudar y a estas alturas de mi veteranía existencial considero que tengo mucho que devolverle a la vida por la fortuna y la suerte que tengo. Por circunstancias de la vida, no personales pero si de amistades y de gente que he conocido, decidí volcar mi ayuda con mi presencia y mi impacto mediático en una causa como es el maltrato. Eso sí, desde un punto de vista constructivo, jamás desde la pena, la culpa o la crítica sino dando el mensaje de que puedes elegir una realidad en tu vida, darte cuenta y salir de ahí. Lo que no me interesa es convertirlo en una guerra entre hombres y mujeres, escapo absolutamente de eso, mi combate va dirigido a construir y no a destruir.
La función ‘Elígete’ es muy emotiva y va directa al corazón.
Sí porque es una actuación para sacudir conciencias. La ficción lo que hace es que consigues que la gente reciba el mensaje, que no se proteja tanto y cuente lo que le pasa, porque como es de ‘mentira’.
¿Tiene fecha de caducidad?
No, porque esto no es una obra, es parte de un evento itinerante que yo preparo en forma de proyecto escénico, ponencias, conferencias o talleres. Y no tiene fin porque se puede mejorar muchísimo, sobre todo a nivel educativo, con programaciones de NO al maltrato. Lo que se pretende es reeducar a la gente, que se den cuenta y no lo permitan. Esto, como la pobreza y la guerra, no se va a acabar nunc,a pero lo que sí podemos conseguir es que cambien las conciencias, eso es lo que se persigue.
¿Cantas, bailas, actúas, diriges y además manejas el lenguaje porque eres periodista, ¿has hecho, como parece desde fuera, siempre lo que has querido?
Pues a veces me lo he preguntado y me he respondido que sí, que lo he hecho. Todo lo que me ha gustado, mi pasión me ha llevado a hacerlo, a veces con muchísima trascendencia, otras con menos pero al final, lo he hecho y me siento absolutamente afortunada por ello. Soy como un mustang (caballo salvaje), que no los puedes encerrar ni retener, no puedo tener a mi alrededor ningún tipo de verja, ni cuerdas que me aten.